El miedo, como cualquier otra emoción, se siente y se vive en cada cuerpo y mente de manera distinta, por eso lo primero que creo importante señalar es que en este proceso de curación aparecerá el miedo, sí, pero cada uno lo afrontará de una manera personal dependiendo de cientos de factores tanto internos como externos, lo importante es saber cómo tratar con él en su justa medida.
Llevo 4 meses de tratamiento contra el linfoma de Hodgkin, por lo que sigo en el proceso de curación, y he pasado ya por varias etapas en las que he tenido que hacer frente al miedo, es por ello que, tanto si acabas de empezar este viaje como si te encuentras transitando en él, deseo de corazón que este artículo te ayude a seguir avanzando utilizando al miedo como un recurso y no como una debilidad.
Mi primera toma de contacto con el miedo fue la primera vez que asociaron la palabra cáncer a mi vida, tuve una sensación de desconocimiento ante la enfermedad, los recursos, el tratamiento médico, la efectividad, mi respuesta tanto física como psíquica, la afectación a mi rutina, mi familia, y así… Un sinfín de nuevas situaciones que se presentaban ante mí.
Todo esto tiene respuestas protocolarias por parte de los médicos, y aunque responden a todas o algunas de tus dudas que calman la ansiedad y el miedo en ese momento, en mi caso ha sido el día a día el que me ha permitido descubrir todas esas respuestas ya que, todo lo que imaginé, de una manera u otra, no se ha correspondido con la realidad.
Lidiar con mi miedo frente al desconocimiento fue resuelto tan pronto como me di cuenta de que todo está estrictamente preparado para el paciente y para sus cuidados, yo siempre me he sentido acompañada por mi equipo médico, cualquier duda o consulta ha sido resuelta prácticamente al instante y eso me ha dado y me da mucha tranquilidad. En mi caso, pedir ayuda y consultar a los especialistas sobre todas mis dudas y síntomas es la primera herramienta que he utilizado para afrontar el miedo al desconocimiento.
Honestamente, claro que existen momentos y situaciones en las que un equipo médico no tiene las respuestas que necesitas. Eso se produce cuando aparece la mente en acción, esos pensamientos en la mañana cuando te preguntas si todo esto tiene un final, si soportarás otra dura quimioterapia o si volverás a ser la misma persona después de esto… Justo ahí, en ese instante, es cuando me hago rápidamente la pregunta que me lleva a un espacio de calma: “Qué es para mí NO TENER MIEDO?”. ¿Te has hecho esta pregunta alguna vez? Yo sí, para mí, no tener miedo es confiar en mí, en mis capacidades de superación, mi fortaleza interior, dejarme sujetar por la gente que me quiere, entender que esto es un proceso temporal que acabará. No tener miedo es vivir aceptando y premiándome por cómo día a día estoy consiguiendo convivir con esta enfermedad.
El momento que viví el día en que mi cabello se me empezaba a caer fue un momento duro, me asusté, ya que era una situación nueva y, aunque me intenté preparar para ello, al llegar el momento me impresionó. Pero he de decir que después de llorar y levantar la mirada, cuando me vi reflejada en el espejo, vi una nueva yo, más fuerte y valiente… Me miré y dije, ¡a por todas! Darme ese mensaje a mí misma fue necesario para poder lidiar con esa situación de miedo. Ahora ya me he acostumbrado a ver mi nueva imagen y, aunque no es la que he escogido yo misma, sino que ha sido impuesta por mi enfermedad, tengo que reconocer que he aprendido a quererme más aún. Cuando te quitas capas de encima no hay nada que te distraiga y puedes llegar más fácilmente a conectar con tu propia esencia.
Otro de los momentos cruciales en los que he tenido de frente al miedo ha sido cuando, en la última quimioterapia, los efectos secundarios han sido más intensos. No saber cómo controlar o no tener el control de mi mente y mi cuerpo en una situación así, en la que no podía tenerlo, me asustó.
Para afrontar este miedo, lo que me ha ayudado es dejarme llevar y cuidarme, permitirme estar decaída, quedarme en la cama el tiempo que mi cuerpo necesite, llorar sin reprimirme, aceptar y entender que estoy sometida a un tratamiento químico intenso y que, resistirme a eso, es no aceptar y no respetarme. En mi caso, pasados cinco días, cuando menos me lo esperé, la luz del sol volvía a aparecer por mi ventana, volvía a sentirme cada vez con más energía para empezar un nuevo día y, hoy, ya me siento fuerte de nuevo para poder afrontar un nuevo ciclo de quimioterapia. Los efectos de ésta son temporales, pasan y se van, por eso tener paciencia esos días post quimioterapia es vital para una recuperación temprana. Date tu margen.
Para mí, el pensamiento que más acompañado del miedo va es esa prueba definitiva al acabar el tratamiento, el que determinará mi evolución y/o una alta médica. Ese informe lleva dentro de sí tantísimas esperanzas y planes de futuro que pensar en un resultado que no sea positivo no cabe en mis planes del presente, y es lo único que sé que puedo dominar, MI PRESENTE. Y yo ya elegí hace tiempo transformar mi adversidad en mi gran reto de vida.
Soy sincera, no me permito conectar en exceso con el miedo. Desde que todo esto empezó no le he dedicado mucho tiempo a este sentimiento ya que considero que es demasiado peligroso si no sabes controlarlo. El miedo colapsa, juega malas pasadas y no sirve para sacar las fuerzas necesarias que necesito en mi día a día. Así que, cuando la sombra del miedo revolotea por mi mente, desvío mi atención hacia un pensamiento positivo ya que tengo y tenemos la capacidad de buscar ese otro lado de las cosas. En mi caso, me ayuda pensar en el instante presente, en mi día a día, en todo lo bueno que tengo a mi alrededor, un nuevo plan con amigos y/o familia, un buen libro, una serie o un paseo… Intento sacar partido a lo que estoy viviendo, siendo un ejemplo para mí y para los demás, me necesito y me necesitan fuerte.
Artículo redactado y validado por:
Alexandra Plaza Martínez
Paciente con Linfoma de Hodgkin
Suscríbete a nuestro boletín de noticias y te enviaremos recursos e información sobre los últimos avances en oncología
SuscríbeteLa información proporcionada en conviveconelcancer.com ha sido planteada para apoyar, no sustituir, la relación directa que existe entre el paciente/visitante de este sitio web y su propio médico o cualquier otro profesional. Si tienes problemas de salud, debes consultar siempre a tu médico y personal sanitario competente.