ALK es un gen que codifica para una proteína quinasa y que inicialmente fue reportada en pacientes con linfoma anaplásico (ALK – Anaplasic Lymphoma Kinase). En cáncer de pulmón no microcítico la principal activación de la proteína ALK se produce por la formación de genes de fusión implicando una ganancia de función y por tanto una pérdida de control a nivel celular, conllevando el crecimiento tumoral. En caso en estar presente es tan relevante que es considerada como una alteración genética conductora (driver en inglés) en el tumor.
El cáncer de pulmón ALK positivo es más habitual en pacientes que nunca han fumado, o bien su exposición ha sido leve. En total representa en torno a un 3-5 % del total de casos de cáncer de pulmón no microcítico. Por otro lado, se desconoce el motivo por el que las células presentan esta alteración genética, y por este motivo, a día de hoy no existe ninguna posible prevención.
No. El hecho de que sea una enfermedad relacionada con una mutación genética no significa que sea hereditaria. De hecho, hasta la actualidad no existe evidencia de transmisión materno-fetal.
En el caso de que presente un diagnóstico de cáncer de pulmón no microcítico avanzado, y principalmente si el tipo histológico es adenocarcinoma, siempre se ha de realizar la determinación de la translocación del gen ALK antes del inicio del tratamiento. Se puede realizar sobre una muestra de tejido tumoral (habitalmente una biopsia bien de la zona pulmonar afectada por el tumor, o bien de alguna otra localización invadida). El resultado tarda unos 5 días aproximandamente.
Sí, lo es. En el caso de que tu tumor presente una translocación en ALK, el tratamiento de entrada son fármacos inhibidores directos de dicha proteína, lo que se conoce como terapia dirigida. Son tratamientos que se administran vía oral, con frecuencia diaria, mucho mejor tolerados que la quimioterapia estándar y más eficaces.
En España en la actualidad existen 3 fármacos inhibidores tirosin-kinasa contra ALK que han sido aprobados y pueden ser prescritos por su oncólogo. Dichos medicamentos son crizotinib (Xalkori®), ceritinib (Zykadia®) y alectinib (Alecensa®).
Son fármacos globalmente bien tolerados, pero cada uno de ellos tiene un perfil de toxicidad concreto. No se asocian a alopecia, ni a descenso de las defensas, ni a alteración del gusto o el olfato, que son algunas de las toxicidades clásicas de la quimioterapia.
Crizotinib se asocia como toxicidad más típica a edemas (hinchazón) de extremidades y a alteraciones visuales, habitualmente leves y reversibles; ceritinib es generalmente peor tolerado, predominantemente se asocia a náuseas, vómitos y diarrees; alectinib es el fármaco con mejor perfil de toxicidad, a destacar como toxicidad más típica la posible aparición de mialgias (dolores musculares)
Cualquiera de las opciones de tratamiento mencionadas son válidas y pueden ofrecer control de su enfermedad. Sin embargo, alectinib ha demostrado mejores resultados de forma clara en respuesta, duración de control de la enfermedad y actividad a nivel cerebral. Por ello, alectinib es considerado como el fármaco de elección en primera línea de su enfermedad.
Lamentablemente, no. Sin embargo, en la actualidad el cáncer de pulmón ALK positivo puede ser considerado el subgrupo con mayor supervivencia. Recientemente se han presentado datos de pacientes tratados con alectinib en primera línea, reportándose datos de supervivencia a 5 años del 62.5%.
Artículo redactado y validado por:
Dr. Alejandro Navarro
Médico Oncólogo. Grupo de Oncología Torácica. Hospital Universitario Vall d'Hebron.
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