Es una enfermedad intestinal inflamatoria que provoca una inflamación crónica y úlceras en la mucosa del colon y recto. Entre los síntomas más usuales está la expulsión de sangre por el recto, el dolor abdominal, la fiebre y un aumento del número de deposiciones. Esta enfermedad también conlleva una evolución recurrente con brotes que son tratados con corticoides, antibióticos, 5-ASA, metotrexate o inmuno suspensores.
Las personas que han sido diagnosticadas con esta enfermedad tienen un mayor riesgo de padecer cáncer de colon. Un riesgo que aumenta progresivamente tras transcurrir 10 años después de haber sido diagnosticado con colitis ulcerosa. Por esta razón es muy importante un diagnóstico precoz y la realización de seguimientos endoscópicos anuales para descartar cualquier sospecha.
No se conoce con exactitud la causa de esta enfermedad pero existe la hipótesis de que se basa en la predisposición genética del paciente en cuanto a la alteración que los niveles inmunológicos que padecen ante antígenos bacterianos o alimentarios.