Esofagoscopia

Esofagoscopia

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La esofagoscopia es un procedimiento usado para poder observar el interior del esófago para fines diagnósticos (biopsia) o incluso terapéuticos como la dilatación de estenosis de esófago o la extracción de cuerpos extraños.

Consiste en la introducción de un tubo flexible llamado endoscopio que tiene una luz en su punta al igual que una cámara de video y el cual se introduce por la boca. De esta manera, se generan imágenes que pueden ser visualizadas en un monitor de televisión.

Para la realización de una esofagoscopia, se anestesia la garganta del paciente para evitar así las náuseas que la introducción del endoscopio pueda producir. También, es posible la inyección de sustancias que puedan reducir la ansiedad o las molestias de la esofagoscopia mediante la colocación de un catéter en la vena.

La prueba no es dolorosa, pero puede ser molesta. Suele durar entre 5 o 10 minutos, aunque este tiempo puede prolongarse si hay que realizar una acción terapéutica.
Los riesgos de complicaciones de este procedimiento son bajos, pero podrían incluir: sangrado en el sitio donde el médico tomó las muestras de tejido o extrajo un pólipo.

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