A raíz de los anteriores artículos publicados sobre melanoma y sabiendo que aún quedan muchas horas de sol, la usuaria de Instagram P8ladas (o Pocholadas), ha creado una simpática historia, bajo el hashtag #dinoalmelanoma donde nos cuenta cómo puede producirse el melanoma, qué podemos hacer para evitarlo, y una pequeña guía para identificarlos.
Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), un melanoma es un tumor que se origina en unas células llamadas melanocitos. Estas células se encargan de producir el pigmento que da color a la piel y que nos protege de la radiación ultravioleta, la melanina.
La mayor parte de casos de melanoma se pueden evitar, ya que suceden cuando la piel se expone al Sol. Puede darse por una exposición continuada o por exposiciones intermitentes (quemaduras solares en la playa, exposiciones a la luz en horas de mayor intensidad solar, etc). Pero además, las personas que utilizan cabinas de rayos UV artificiales tienen un mayor riesgo de desarrollarlo. También hay un factor genético que puede dar predisposición en algunos casos.
Cuando la exposición a la radiación solar supera a la capacidad natural que tiene el cuerpo de reparar el daño causado, se pueden producir mutaciones en las células que pueden hacer que se pierda la capacidad del control de la proliferación. Cuando esto ocurre y el sistema inmune no es capaz de detectarlas y destruirlas, aparece el melanoma.
Según REDECAN (Red Española de Registros del Cáncer) en España se diagnostican algo más de 6.000 nuevos casos al año. Aunque pueden no parecer demasiados casos, si lo comparamos con otros tumores, es preocupante que representa uno de los tipos que están creciendo a un ritmo más rápido en occidente.
Debido, sobre todo, a los malos hábitos de exposición solar, pero también a la mayor concienciación de la población en cuanto a consultar a los dermatólogos ante su aparición en la piel.
Además de la exposición solar, también existen otros factores de riesgo:
-Edad: es posible su aparición a cualquier edad. De forma natural, es más probable a partir de los 55 años, donde son diagnosticados más de la mitad de los casos. Aunque cada vez se están diagnosticando más en edades jóvenes.
-Sexo: aunque es algo más frecuente en mujeres que en hombres, suelen tener un mejor pronóstico.
-Coloración de la piel y del cabello: a mayor claridad en piel, ojos y pelo, mayor es el riesgo. Siendo especialmente alto en personas rubias y pelirrojas. Aunque las tonalidades más oscuras suelen conllevar un menor riesgo, es más común la aparición de melanomas de tipos más raros y ubicados en zonas mucosas.
-Presencia de lunares: la mayoría aparecen sobre la piel normal. Sólo un 20-25% de ellos aparecen en un lunar previo. Pero, en cuanto a los lunares, a mayor tamaño y si además están presentes desde el nacimiento (congénitos), se incrementa el riesgo.
Hay que seguir siempre las recomendaciones de los médicos e investigadores para prevenir no solo el melanoma, sino el resto de tumores también.
Las normas o recomendaciones, ya sabremos la mayoría, es algo bastante recurrente al comienzo del verano, pero vamos a recordarlas:
-Protegerse de la exposición a los rayos ultravioleta. Es la medida más importante para reducir el riesgo debido a que es el factor más importante. Acciones como buscar siempre la sombra, taparse con prendas, sombreros o aplicarse protector solar con un factor de protección + 50spf , ayudan mucho a reducir el riesgo.
Por supuesto, esto debe llevarse a cabo siempre, pero también es importante reducir la exposición en las horas centrales del día, cuando la radiación es más potente. Como hemos mencionado y a diferencia de lo que mucha gente cree, la mayoría de los dermatólogos y asociaciones de médicos aconsejan evitar las cámaras de rayos UV, sobre todo antes de cumplir los 30 años.
-Prestar atención a los lunares. Examinar la piel de forma regular (y más en verano) puede ayudar a identificar algún crecimiento extraño. Ciertos tipos o morfologías de lunares pueden representar un mayor riesgo que otros. P8ladas, en su publicación, nos presenta una sencilla regla de lo que tenemos que fijarnos bien a la hora de evaluar un lunar, la regla ABCDE: asimetría, bordes, color, diámetro y evolución.
Frente a la sospecha de que un lunar pueda evolucionar en un melanoma, siempre es recomendable acudir al dermatólogo y nunca intentar extirparlo ni manipularlo uno mismo.
Artículo redactado y validado por:
MEDSIR
Compañía dedicada a la gestión y desarrollo de ensayos clínicos en oncología. Respalda el portal de pacientes Convive con el Cáncer. medsir.org
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