¿Qué es una TAC y para qué sirve?

¿Qué es una TAC y para qué sirve?

¿Para qué se utiliza la prueba TAC en medicina?

 

La palabra TAC es el acrónimo de “Tomografía Axial Computerizada”, comúnmente conocido como scanner. Consta de una circunferencia (llamada Gantry), una camilla móvil donde se tumba el paciente y un ordenador desde el que se programa el estudio que se va a realizar (cabeza, tórax, abdomen…).

Este dispositivo tiene la capacidad de obtener imágenes por TAC de cualquier área del cuerpo. En el examen de TAC se obtienen imágenes de huesos, tejidos o revelar lesiones y hemorragias internas que permiten hacer un diagnóstico determinado y así reducir el riesgo de futuras complicaciones, lo cual es una ventaja importante.

 

¿En qué consiste la prueba TAC?

 

El paciente entra en la sala del scanner, se quita la ropa que puede interferir en el estudio (en general, todo aquello que lleve algo metálico: cremalleras, pendientes, piercing…), se tumba en la camilla y el técnico la mueve para que la parte del cuerpo que queremos estudiar quede en el centro de la circunferencia.

El scanner emite radiaciones ionizantes (rayos X), que se originan en el interior del gantry, atraviesan la región del cuerpo a analizar y transforma la información obtenida en una imagen, que es lo que el médico radiólogo interpreta para llegar a un diagnóstico.

Por lo tanto, el scanner no es un tubo (diferencia fundamental con la Resonancia Magnética), sólo es una circunferencia, a través de la cual pasa la camilla donde se tumba el paciente; es decir, la camilla no se para en su interior y, por lo tanto, es un estudio muy bien tolerado, incluso por pacientes claustrofóbicos.

La duración de la TAC es corta y depende de la parte del cuerpo a estudiar (puede oscilar entre unos segundos hasta escasos minutos). Se obtienen muchas imágenes que el radiólogo debe analizar.

 

Un poco de historia sobre el TAC

 

Cuando aparecieron los primeros scanners, allá por el año 1971 sólo se conseguían imágenes axiales, es decir, en el plano transversal; como si cortáramos al paciente en rodajas y analizáramos cada órgano en cada una de ellas. De ahí el nombre de “tomografía axial”.

Sin embargo, con la mejora de los aparatos a lo largo del tiempo, conseguimos imágenes en cualquier eje del espacio (axial, coronal o sagital), por eso es más exacto hablar de TC (tomografía computerizada), sin hacer referencia al plano en el que se obtienen las imágenes.

Es sin duda uno de los mayores avances en el mundo de la radiología desde que se descubrieron los rayos X y prueba de ello es la concesión del Premio Nobel a sus descubridores en 1979. Por ahora quiero dejaros claro que no hay que tener miedo cuando el médico nos solicita un scanner.

Hoy en día es una prueba rutinaria, que se tarda poco en realizar y de la que el radiólogo puede obtener muchísima información. Así que, nada de miedos y a enfrentarse a la próxima TC con una sonrisa.

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Artículo redactado y validado por:

Laura López González

Laura López González

Doctora en Medicina. Licenciada Especialista en Radiodiagnóstico en el Complejo Asistencial Universitario de León.

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