El 21 de diciembre del 2020, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) nos sorprendía con un titular de su nuevo estudio en colaboración con diversas sociedades científicas españolas: Impacto del COVID-19 en la atención hospitalaria: el número de pacientes de cáncer nuevos bajó un 21% durante el confinamiento.
Por primera vez, se había elaborado un informe en nuestro medio sobre el impacto de la pandemia en la atención sanitaria de los pacientes con cáncer de nuevo diagnóstico
En este trabajo se ha medido la asistencia realizada a los pacientes con cáncer en los meses de marzo, abril, mayo y junio del 2019 y el 2020, haciendo una comparativa entre ambos años.
Aunque tratemos de analizar las causas, sacar conclusiones y buscar soluciones, los datos que se extraen del estudio son los siguientes:
Lo más importante es dejar claro que no ha bajado el número de casos de cáncer sino su diagnóstico, por distintos motivos:
En los servicios de Oncología, incluso en los peores momentos de la primera ola, se mantuvo la atención a los pacientes oncológicos. Además, algunos esquemas fueron modificados para disminuir la frecuencia al hospital (pautando por ejemplo esquemas trisemanales en lugar de semanales). Estas modificaciones las podéis leer en el otro artículo que dediqué al COVID-19
Durante las primeras semanas de la pandemia, las pacientes con cáncer de mama no pudieron ser operadas porque los quirófanos estaban ocupados como UCI con pacientes con COVID-19, pero con bastante celeridad se realizaron conciertos con otros hospitales privados para que fueran operadas allí.
Las mamografías de pacientes con síntomas (por ejemplo, un nódulo o masa palpable) se siguieron realizando y las revisiones anuladas se recuperaron en los primeros meses siguientes al confinamiento.
Las pacientes que estoy viendo en estadios más avanzados han sido prácticamente las que no habían acudido al médico (probablemente por miedo), a pesar de que muchas de ellas tenían altas sospechas de que aquello podía ser un tumor maligno. Y en menor medida las que habían conseguido cita en atención primaria tras múltiples intentos (por no coger el teléfono o por no hacer visitas presenciales).
La llegada de la telemedicina ha supuesto un gran avance, aunque por supuesto no debe sustituir a la visita presencial de forma generalizada. En nuestro servicio la estamos utilizando, siempre que el paciente se encuentre cómodo y lo acepte, y siempre y cuando no tenga ningún síntoma que precise de una consulta presencial.
Como bien apunta la campaña de GEPAC:
“Acude al médico, que el miedo al coronavirus no te paralice”
Es importante que los pacientes no retrasen las consultas ni abandonen los tratamientos por miedo al contagio. Debemos alertar también a las autoridades sanitarias para que se pongan medidas que eviten la suspensión de la actividad diagnóstica, terapéutica y asistencial en general en las siguientes olas de la pandemia.
Hemos aprendido muchísimo en estos meses, no solo sobre ese virus del que tan poco habíamos oído hablar. El cáncer es otra pandemia con la que convivimos día a día y para la que no existe vacuna, no debemos nunca dejarla de lado.
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Artículo redactado y validado por:
Dra. Ana López González
Doctora en Medicina. Oncóloga Médica en el Complejo Asistencial Universitario de León, Unidad de mama. Tutora de Residentes. Responsable de la Unidad de Ensayos Clínicos.
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